No puedes parar, ni puedes frenarte, que es el acto de intentar parar. Es absurdo pensar y darle más vueltas…. Para qué tenemos frenos si no los sabemos usar. Sin darte cuenta pasa el tiempo y con el tiempo pasan cosas que cuando reflexionas dices; Mierda. Nos damos cuenta tarde del momento el cual deberíamos de haber pisado el freno o quizás acelerar. Porqué pisar el freno todo el rato. Porque esa manía de evitar todo el rato lo que sabemos que es inevitable.-Confusión-.Sabes que estas apunto de estrellarte en un beso, y al final te estrellas porque quieres hacerlo, Me suicido, termina una etapa de mi vida en ese momento para comenzar una nueva. Porque pisar el freno si no quiero hacerlo, yo quiero acelerar y hacer derramar la sangre de la herida que se había mal curado con el tiempo y curar la infección. Pero al final siempre freno, porque pienso en el sanar la herida y la mayoría de las veces duele.-Más confusión- es lo único que sabes decir en ese momento.
Ahora hay dos, tu mente y tu corazón. Tu mente te dice: -te va a doler- y tu corazón dice: -por tu salud tienes que hacerlo-. Y les da tiempo ha discutir en ese segundo tan corto. Desde que ves lo que va ha pasar, hasta que pasa lo que haya tenido lugar. Y al final siempre hay un ganador en la pelea. Si gana el corazón vale, si, te has estrellado y te has suicidado pero que importa eso si tu herida está curada, estás feliz. Si gana la mente, has esquivado la situación, has frenado y sigues con tu vida de siempre pero estás triste y vacío por dentro porque no has disfrutado, por asustarte del momento. ¿Te das cuenta?
El miedo, es el As que esconde tu mente y que utiliza para paralizar a tu corazón y ganarle la partida. Es el arma que utiliza tu mente para amenazar a tu corazón, para obligarle ha hacer lo que ella diga. Pero nunca dispara. Al final no te mueres de miedo. Y te das cuenta de que todo ha sido un chantaje emocional y punto. Y lo peor de todo es que ha conseguido salirse con la suya, has hecho lo que tu mente te ha dictado por temor a lo que pueda pasar, te arrebatado la felicidad y te sientes como un cobarde.
Si quieres hacer lo que sientes, haz que tu corazón mire a tu mente de frente y desármala antes de que te apunte a la cara con su miedo. No es fácil, ya que ha veces es más difícil hacer lo que uno quiere y no lo que debe. La suerte es que el corazón también guarda un As y es que el sabe que el miedo es solo un arma que a pesar de tener balas nunca dispara. Al final el miedo no sirve para nada.